Por Fernando Kai
Director comercial de Chun Zu en Sudamérica
La actividad de nuestra industria bulonera, suele verse afectada por diferentes razones. Cambios de gobierno, cambios de políticas internas, de políticas externas, cambios de políticas económicas, baja demanda en el mercado, devaluación de la moneda, inestabilidad y un largo etcétera.
Pero la situación del último año es inédita.
Cuando China cerró sus fronteras para intentar evitar la propagación del virus, cerro también el supermercado del mundo. Todos los pedidos fueron suspendidos y la producción parada.
Los hornos de las acerías fueron apagados, anticipando una abrupta caída. Los barcos de transporte comenzaban a salir con poca carga y tenían que esperar mucho para regresar al puerto de origen. La mayoría de las veces, sin carga de vuelta. Esto genero un problema de reposicionamiento de contenedores vacíos, llevando las tarifas de transporte marítimo a niveles record.
Otro aspecto que afecta los costos operativos de transporte, son los relacionados a las coberturas de seguros, debido a los mayores riesgos por covid19.
Esto produjo, que como en un juego de naipes, los jugadores comenzaran a cuidar sus propios intereses.
En el mundo de los transportes marítimos, los jugadores se juntaron para buscar soluciones y dos palabras muy conocidas impusieron su lógica, oferta y demanda.
Siguiendo estas populares leyes comerciales, las compañías de transporte comienzan a recortar los embarques, ya que no resultaba rentable tener muchos barcos con poca demanda y precio de flete muy bajo.
En consecuencia, se producen los mayores costos de flete de la historia.
En Agosto de 2020, el flete de un contenedor de 20 pies tenia un costo de U$S 600-. El mismo contenedor, a mediados de 2021 llega con un costo aproximado de U$ 10.000. 17 veces en apenas seis meses. Este desproporcionado incremento es un fenómeno global, que no solo afecta al mercado argentino y brasilero.
Este movimiento inédito, generó un cambio en el mercado interno, porque el precio del producto importado debía ser calculado con el costo de flete, por lo que estos aumentos comenzaban a hacer inconveniente la importación.
El aumento de costos de importación trasladados al precio de venta del producto, sumado al incremento de la demanda interna y la necesidad de remplazar la baja en la cantidad de buloneria de origen importado por productos de fabricación nacional, deja en evidencia un nuevo fenómeno que afecta la producción: la falta de materia prima, la falta de acero.
Para este factor, hay numerosas especulaciones. La parada de los hornos en las acerías como una de las consecuencias de la pandemia, la alta demanda para exportación, la demanda para la construcción, entre otras. Pero aquí nuevamente, las palabras conocidas, oferta y demanda, parecen la explicación más aplicable.
Con la falta de aceros en el mercado, la industria nacional comienza a buscar soluciones.
Aquí es donde comienzan a aparecer los aceros importados para suplir las necesidades de los fabricantes argentinos y brasileros.
Con la búsqueda de nuevos proveedores de aceros, principalmente de origen Chino, los jugadores entendieron la necesidad mundial y empezaron a jugar en favor en su propio beneficio. Así, el precio del alambrón sufrió un incremento cercano al 100% desde Septiembre de 2020, a la actualidad.
Se produce entonces el aumento del precio del acero a nivel mundial, debido entre otras cosas, al aumento de las ganancias especulativas de las acerías, al incremento de precio del mineral de hierro y a la suba de costos del flete.
Como si fuera poco, el día 28 de Abril pasado, otro factor importante se pone en juego. Debido a las políticas de modernización del gobierno chino, se viene produciendo un boom de la construcción y en consecuencia un gran aumento en la demanda de aceros.
El gobierno Chino, quien está muy focalizado en privilegiar el consumo interno del país, y haciendo uso de su condición de gran jugador en el comercio mundial, decretó la suspensión de los incentivos fiscales a la exportación, decretando que a partir del 1 de Mayo del corriente año, se restablecía el tributo del impuesto de 13% a la exportación de aceros. Donde anteriormente, para exportar aceros se pagaba 0% de impuesto, a partir del 1 de Mayo, con este nuevo decreto del gobierno de China, pasaba a tener un costo del 13% adicional.
Los precios subieron mucho y hoy está sufriendo una ola especulativa muy grande, con precios muy inestables y desafortunadamente en las manos de los grandes jugadores del mercado internacional.
Esperamos que toda esta ola especulativa se vaya, junto con el virus lo más pronto posible y que nuestros clientes puedan tener el trabajo y la materia prima en sus manos otra vez